Todo se desmorona
Andy Gael Mena Hernández
Todo se desmorona es la ópera prima de Chinua Achebe. Publicada por primera vez en 1958, está considerada una de las novelas más representativas de la literatura africana moderna. Es una obra ampliamente reconocida en las naciones de habla inglesa, así como uno de los textos básicos para acercar al lector occidental al estudio de la cultura tradicional africana.
La obra sitúa la acción a finales del siglo XIX, en un conjunto ficticio de aldeas pre coloniales ubicadas en las orillas del río Níger, al sureste de Nigeria. Buena parte de la novela está dedicada a describir las formas de vida o la cosmovisión establecida en el conjunto de aldeas.
Sin embargo, tales descripciones engarzan y se entremezclan constantemente con el hilo narrativo del texto. Haciendo uso de la tercera persona, Achebe se servirá de la figura de Okonkwo, protagonista de la obra, para enlazar y alternar el desarrollo de la trama con la presentación de los patrones culturales presentes en el seno de las aldeas.
Okonkwo es un afamado luchador atormentado por los fantasmas de su padre que, sin embargo (o precisamente por ello), conseguirá prosperar económicamente en su aldea, llegando a ocupar puestos de importancia y alto rango social.
A través de Okonkwo y sus allegados, el lector irá descubriendo las características de la vida en las aldeas, su sistema de creencias, o su escala de valores; así como la confrontación de tales principios con los de los primeros misioneros cristianos, y el ulterior proceso de evangelización y control del territorio por parte de estos últimos.
Resulta muy destacable el modo como el autor sitúa el prisma narrativo completamente al margen de la acción, relatando los acontecimientos de manera aséptica y suspendiendo el juicio en cada uno de los casos.
En una novela con estas características, sería muy fácil caer en juicios de valor más o menos fundados, bien criticando las prácticas de Okonkwo y el resto de miembros de las aldeas desde un prisma pro occidental, o bien ensalzando esas mismas prácticas desde el enfoque opuesto.
Sin embargo, Achebe consigue desplazar el foco a las opiniones, percepciones o impresiones de los distintos personajes, de manera que consigue una obra coral con multitud de matices, y además permite que el lector extraiga su propia conclusión. Ni siquiera en el momento en que comienza la invasión imperialista, el autor se desvía de su estilo aséptico y moralmente neutro.
Por otro lado, también resulta llamativo el modo como Achebe es capaz de construir en Todo se desmorona un universo tan alejado de los patrones occidentales, y a la vez presentarlo a través de una obra que mantiene el esquema prototípico de la narración occidental; es decir, utilizando un estilo narrativo cercano al lector europeo o americano. Ejemplos de ello son el uso lineal del tiempo, o el esquema clásico de presentación, nudo y desenlace.
Sin embargo, quizás se echa de menos un planteamiento más consistente en el desarrollo de la trama y las subtramas. Si bien es cierto que hay una descripción muy sólida de la cultura tradicional africana, así como un tratamiento profundo de los personajes; da la impresión de que todo ello neutraliza en parte el potencial dramático de la obra, dando lugar a una trama relativamente simple
y falta de ritmo. Okonkwo es un líder respetado de la tribu Umuofia, perteneciente al pueblo Igbo; sin embargo, vive acechado por el miedo de parecerse a su padre, un hombre conocido por su pereza y cobardía.
Por eso, Okonkwo se esmera durante toda su vida por ser el extremo opuesto de su padre: ya desde joven construye su hogar y su reputación como luchador precoz y agricultor sumamente trabajador. Y sus esfuerzos sí que le valen la pena, pues se vuelve bien rico gracias a sus cosechas y se gana nada menos que tres esposas.
Pero la vida le da un sacudón tras una muerte accidental, después de la cual Okonkwo termina adoptando a un niño de otro pueblo. El niño se llama Ikemefuna y Okonkwo llega a quererlo como a su propio hijo; de hecho, lo quiere más que a su hijo biológico, Nwoye. A los tres años, la tribu decide que Ikemefuna debe morir.
Y cuando los hombres Umuofia se lo llevan al bosque y lo asesinan, Okonkwo hasta participa del asesinato, sin mostrar ni la más mínima emoción, pues quiere que lo vean como un macho man y no como al debilucho que era su padre. Sin embargo, la procesión va por dentro: Okonkwo siente una culpa y un remordimiento dolorosísimos en su interior. Pero como está tan obsesionado en mostrarse duro e inmutable, se aliena de Nwoye, que era como un hermano para Ikemefuna.
En conclusión, Todo se desmorona es una obra muy bien escrita, sólida y accesible, que consigue introducir al lector en una cosmovisión realmente alejada de los patrones culturales con que se maneja habitualmente, y además lo hace de una manera aséptica y objetiva, siendo capaz de entretener y mantener la tensión, aunque en ocasiones carece de densidad en el desarrollo de la trama.
Excelente trabajo, me sirvió mucho la información.👍
ResponderBorrarEnvés de desmorosar mi aprender, se lleno de sabiduría felicidades me sirvió de mucho para la vida
ResponderBorrarMuy interesante, excelente trabajo
ResponderBorrar